Oliver Weinreich, gerente general de TPS, destacó que "en términos prácticos, el tener mayor calado entrega la posibilidad de recibir buques de mayor envergadura. De esta manera, nuestros clientes logran optimizar el uso de recursos, aumentando la cantidad de carga por cada recalada. Como lo hemos hecho siempre, seguimos creciendo para enfrentar los desafíos de la industria y apoyar el comercio exterior de nuestro país a través de la competitividad y eficiencia."
La autorización fue extendida después de que TPS realizara un trabajo de mantenimiento del fondo marino que consideró una limpieza de sedimentos acumulados sobre la base de geocolchones dispuestas en el fondo marino, para lo cual se utilizó un sistema de bombeo y equipos de buceo, lo que permitió mantener durante la vigencia el calado autorizado entre estudios batimétricos.
Además, el concesionario presentó un estudio batimétrico con nuevos resultados. Esta medición, realizada por la empresa especializada Geociencias, permitió obtener un plano con la forma geológica del fondo marino mediante el sistema de sondas multihaz, que arroja múltiples mediciones simultáneamente con un resultado certero, ya que el uso de esta tecnología de precisión permite tener una mejor resolución de los valores obtenidos, dando como resultado la nueva definición del fondo, permitiendo así el aumento de calado.
El calado es la distancia vertical desde la línea de flotación de una nave hasta su quilla, es decir, la profundidad que alcanza la embarcación. Al aumentar el calado máximo operacional, es posible operar embarcaciones de mayor desplazamiento o peso, ya sea naves de mayor tamaño o naves con más carga.
Con esto, TPS se posiciona como uno de los terminales portuarios con mayor calado de la costa oeste de Latinoamérica (cuyo promedio es de 13,3 metros).