TPS tiene 21 años operando el Terminal 1 de Valparaíso y a través de ese periodo de concesión, ha consolidado inversiones en infraestructura, en equipos y en tecnología, que lo han llevado a su estado actual de madurez. Andrés Repetto, gerente de Operaciones de TPS, en conversación con MundoMarítimo, destaca que la última obra realizada fue la extensión del frente de atraque hasta los 740 metros, lo que les otorga la capacidad para atender simultáneamente a dos naves Post-Panamax de 333 metros de eslora y, por supuesto, a naves de 366 metros de eslora y de 51 metros de manga, las de mayores dimensiones que están recalando en Chile.
Además, detalla que el terminal cuenta con cinco grúas portuarias con un outreach de 22 rows, equipos más que suficientes para atender los servicios regulares que actualmente recalan en el terminal, los que disponen de naves de entre 300 y 333 metros de eslora, mientras que los buques de 366 metros de eslora atendidas hasta el momento corresponden más bien a casos puntuales.
También señala como importante la profundidad que dispone el muelle para las naves que maniobran a lo largo del frente de atraque. "En términos de calado máximo autorizado tenemos 14,1 metros, lo que nos posiciona dentro de la región como uno de los terminales con mayor calado para portacontenedores", destaca el ejecutivo.
Una ubicación privilegiada
Todas las características anteriores son más que potenciadas por un escenario natural privilegiado que protege tanto a TPS como al conjunto del puerto de Valparaíso de las marejadas, fenómeno que se ha acentuado en el último tiempo a causa del cambio climático y que ha afectado de gran manera no solo al resto del sistema portuario en Chile, sino al de toda la costa oeste de Sudamérica.
Repetto explica al respecto que a lo largo de la costa de Chile el oleaje predominante proviene desde el "sursuroeste". Sin embargo, las olas que se dirigen contra las costas de la bahía de Valparaíso deben primero sobrepasar la denominada Punta de Curaumilla, extensión de terreno sobre el mar que les resta bastante potencia. Superada esta barrera, deben enfrentarse a un segundo obstáculo, el cual está conformado por la costa sur del sector de Playa Ancha que les resta aún más fuerzas. Luego, ya bastante debilitadas chocan con un muro artificial: el Molo de abrigo de Valparaíso, que además defiende al puerto del oleaje proveniente del norte. "Eso logra que nuestro terminal tenga en lo que va del año solo cuatro días de cierre, los que se deben no solo a las marejadas, sino que a otros fenómenos como la neblina o el viento", acota.
Patio y sistema portuario
El ejecutivo también puso en relieve las cualidades del patio del recinto, cuyas restringidas dimensiones han impulsado la optimización de su uso mediante la adquisición de grúas RTGs, la constante mejora del layout, y soluciones como la elevación de la altura de stacking a siete contenedores de alto para contenedores vacíos y a seis de alto para los contenedores full, con el fin de "densificar el área". Esto le permite al terminal sostener los peaks de entre 4.500 y 5.000 movimientos de contenedores en recaladas que implican operaciones de embarque y desembarque.
Explica que el recinto debe estar diseñado para soportar estos grandes peaks de carga, ya que este tipo de recaladas llenan al terminal muy rápidamente con un volumen que requiere de espacios disponibles. Repetto detalla que, una operación de un solo buque con 4.000 movimientos equivale a movilizar aproximadamente a 6.800 TEUs en un patio que tiene una capacidad estática para 12.000 TEUs. "O sea, en una sola recalada se moviliza la mitad de la capacidad del patio", precisa.
Dada esa eficiencia y a las aguas abrigadas del puerto, el ejecutivo sostiene que las líneas navieras pueden hacer en TPS lo que denominan recovery plans "porque saben que el sitio va a estar disponible en cualquier momento", ya que "de alguna forma la estabilidad climática permite que los navieros recuperen en Valparaíso el tiempo perdido en otros puertos de su itinerario [a lo largo de la Costa Oeste]".
Trabajo con la Empresa Portuaria Valparaíso
Pero para Andrés Repetto la "madurez" del terminal no sólo se demuestra en la infraestructura, sino también en el sistema portuario. "Hoy la operación del terminal no sería igual de eficiente si no existiera ZEAL como el Pre-Gate del sistema portuario de Valparaíso, si no existiera el Camino La Pólvora, lo que además descongestiona la ciudad de camiones (…) y cuando hablamos de tecnología, también hay una gran madurez dada por Silogport, el Port Community System de Valparaíso, que permite que toda esta infraestructura sea usada eficientemente", señala.
En este sentido reconoce la labor de la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV), a través "del importante trabajo logístico en la administración de Silogport que vincula a todos los actores". Además, destaca la licitación de Silogport 2021 que significará la evolución de este sistema que va a mejorar significativamente esa plataforma de interacción. "Va a haber algunas modificaciones también en la ZEAL que van a favorecer la circulación libre de camiones con el concepto Stop&go, con accesos mucho más expeditos y varias otras cosas que van a ayudar a la cadena logística", adelanta.
Por último, destaca que "a través del programa Valparaíso Dialoga [EPV] está muy comprometida con poner en valor las aguas abrigadas del puerto y en torno a ello agrupar a todos los actores de la ciudad y de la cadena logística".
Un punto pendiente, no de Valparaíso particularmente, sino que del país es el desarrollo de la infraestructura ferroviaria. "El tema es como desarrollamos la multimodalidad en Chile y específicamente en Valparaíso", puerto donde, acota, las vías de carga y de pasajeros son compartidas y las áreas donde se hace la transferencia están fuera de los terminales. "Hay mucho que hacer en torno al crecimiento del tren y hay una visión de la Empresa Portuaria Valparaíso para poder desarrollarlo".